CAPITULO 10
Playa La Push
Bella y Jacob caminaban sobre la arena, bajo el cielo gris y nubloso, el aire estaba helado, y la atmósfera se sentía extraña.
Bella caminaba mirando el suelo, tratando de reunir las palabras correctas.
–¿Qué quiso decir tu amigo con lo de los Cullen no vienen aquí? –Bella miró a Jacob con una expresión ansiosa–.
–¿Te diste cuenta, eh? –Jacob solo pudo formar una sonrisa incómoda–.
Tomó un momento para intentar explicar las cosas...
Tomó un respiro y se acercó un poco más a ella, poniéndose casi a su altura.
–Supuestamente, esto no deberíamos decirlo a nadie... –Jacob se sintió un poco inseguro–.
–Sé guardar un secreto, ¡en serio! –Bella trató de darle su mejor sonrisa seductora–.
Jacob solo se rió y se puso un poco tímido ante su intento de hacer que hable.
–Es que es solo una vieja historia de terror, ¿sabes?–
–¿Alguna vez escuchaste que los Quileute son descendientes de lobos? –continuó Jacob un poco inseguro–.
–¿Qué...? ¿Como aliento de perro? –Jacob se rió de su chiste y ella lo animó a seguir.
–Y... entonces ¿qué tienen que ver los Cullen? –preguntó Bella.
Jacob guardó silencio un momento.
–Es que bueno... supuestamente ellos descienden de un clan enemigo.
–Pero eran diferentes, ¿sabes? –continuó Jacob con una mirada seria–. Así es, eran diferentes, así que hicimos un tratado con ellos.
–¿Pero no se acaban de mudar? –preguntó Bella con un rostro desconcertado–.
–O regresaron... –Jacob lo dijo con una sonrisa–.
Bella sonrió un poco incómoda del chiste de Jacob.
–Y... entonces ¿de qué iba el tratado?
–Si ellos prometían no cruzar nuestras tierras, no le diríamos a nadie que eran diferentes... –Jacob susurró lo último cerca de Bella–.
Jacob hace una pausa y mira a Bella; ella se estremece por esto.
–Pero es solo una historia –se burla Jacob de Bella–. ¡No te lo tomes tan en serio!
Siguió caminando junto a Bella, dejándola con más preguntas sin respuestas...
–Jacob, ¿por qué tu familia tuvo problemas con Jimmy? –Bella hizo la pregunta incómoda–.
Jacob solo la miró un momento bajando su rostro.
–Es complicado, Bella. Mi padre dijo que me lo diría en otro momento –Jacob mira hacia el cielo con una mirada triste–. A veces extraño a Logan, pero no se me permite acercarme demasiado.
–Éramos muy unidos... –continuó Jacob–. Un día estábamos bien y al otro día solo se fue, sin decir nada...
Bella se da cuenta de que no conseguiría una respuesta sobre eso y dejó de hacer preguntas.
Cortando el ambiente incómodo, se dirigen de nuevo al grupo donde Eric persigue a todos con un crustáceo muerto en su mano.
>Casa Swan
Bella se encuentra en su habitación, mirando hacia arriba, sacude su cabeza y aleja sus pensamientos, y escribe en su computadora "Leyendas Quileute".
Recibe un anuncio de una librería en Port Angeles.
Ella lo ve y abre el anuncio con un clic.
Escuela
Es un día soleado, todos llevan remeras y pantalones cortos, el clima se sentía vivo y agradable.
Todos estaban afuera, pero Bella solo buscaba a alguien con su mirada.
–No está –le contestó Jessica–. Es extraño que no acompañes a Logan...
Bella se acomodó un mechón de cabello atrás de su oreja; Logan había dejado de contestarle los mensajes, la última vez que lo vio fue antes de ir a La Push, y eso la preocupaba.
–Jimmy no me contesta las llamadas, fui a visitarlo pero no hubo nadie en su departamento –Bella mira un segundo hacia arriba–.
–¿Simplemente desaparecen? –preguntó Bella refiriéndose a los Cullen–.
–El Dr. Cullen los lleva a un viaje de campamento –le respondió Jessica–. Ya sabes: senderismo, esas cosas. Lo intenté en mi casa con mis padres y casi me corren por eso.
Bella se ríe incómoda del chiste, cuando mira hacia un lado y ve venir a Ángela casi saltando de alegría.
–¡Iré al baile de graduación con Eric! –corrió abrazando a Bella–. Yo se lo pedí y dijo que sí, ¡tomé el control!
Dijo agradeciéndole a Bella.
–¿En serio debes irte de la ciudad? –preguntó Ángela con tristeza–.
–Sí, es una cosa de familia –responde Bella.
Mientras hablaban, Jessica las mira a las dos y dice:
–Por Dios, debemos irnos, ¡las tiendas en Port Ángeles en este tiempo se quedan sin los mejores vestidos!
–¿Port Angeles? –dijo Bella, con un plan ya listo en su mente–.
–¡Obvio que sí! –le respondió Jessica–. Necesitábamos tu opinión.
Bosque
Logan caminaba en línea recta, tenía un objetivo claro, su respiración era rápida y sus manos estaban sudadas, esto era lo más estúpido que haría en su vida.
Port Angeles
Tienda de ropa
Bella estaba incómoda y distraída mientras observaba los miles de vestidos que se probaban Ángela y Jessica.
Observa en su mano una nota con el nombre de la librería.
Un grupo de chicos con aspecto de alborotadores se quedan más de lo debido mirando a Jessica con su vestido escotado, diciéndole obscenidades desde afuera de la ventana de la tienda.
–¿Bella? –Jessica la llama avergonzada por lo sucedido–.
–Se ve genial –respondió Bella, sin saber ni de qué estaban hablando o lo que sucedía alrededor–.
–¡Eso dijiste de los últimos cinco vestidos!–
–No eres muy buena en esto, ¿verdad? –le dijo Ángela con una mirada extraña–.
Bella solo las miró culpable; a ella no le interesaba nada de eso.
–Perdonen chicas, solo quiero ir a una librería –respondió Bella dirigiéndose hacia fuera de la tienda–. Daré una vuelta y luego nos reuniremos a comer, ¿sí?
Jessica y Ángela solo asintieron diciendo que tenga cuidado.
Tienda de libros
Bella observa en su mano el libro que acababa de comprar sobre leyendas Quileute.
Con una expresión satisfecha camina hacia el restaurante donde se debería encontrar con sus amigas.
Camina por las veredas oscuras cuando oye algunos pasos desde atrás; mira sin ser muy evidente y observa a un grupo de jóvenes que la miraban de una manera repugnante.
Guarda su libro en su bolsa y cruza la calle caminando rápidamente hacia un estacionamiento, cuando los pasos se sienten más cerca y alguien la empuja hacia un lugar más apartado...
>Bosque.
Victoria, James y su compañero corrían por el bosque; la noche los abrazaba y se movían entre los árboles con una gracia y agilidad inhumana. Victoria estaba extraña desde que mataron al tipo del bote.
Ese aroma que sintió la estaba volviendo loca, quería saber qué era, por qué olía diferente, y por qué la alteraba tanto.
Carretera
Logan estaba parado afuera de una enorme casa con cristales enormes; la oscuridad de la noche le oprimía el pecho y sus manos sudaban sin parar.
El ambiente era extraño
y sus piernas pesaban incluso con su físico sobrehumano.
–Bueno... –dijo dando un paso hacia delante– la única opción es no morir...
Continuará.
