Capítulo 80 – Séptimo Desafío
El sol apenas comenzaba a asomar entre los árboles cuando Cody cruzó el campamento en silencio, con las manos en los bolsillos y el cabello aún revuelto por el sueño. No era común verlo tan temprano. De hecho, no era común verlo en la cocina a esa hora. Pero hoy, por alguna razón, había despertado antes que todos, con la necesidad de moverse, de pensar, de respirar algo que no fuera competencia.
La puerta de la cocina estaba entreabierta, y el olor a café recién hecho flotaba en el aire como una invitación silenciosa.
Dentro, el Chef estaba sentado en su banco habitual, desayunando con la parsimonia de quien sabe que aún no ha comenzado el caos del día. Tenía una taza de metal en la mano y una rosquilla en la otra, y aunque su expresión seguía siendo la de siempre —seria, concentrada, ligeramente intimidante— había algo en su postura que decía "por ahora, soy solo un tipo desayunando".
Cody entró sin hacer ruido. El Chef lo vio de reojo y levantó una ceja.
"Vaya, Romeo madrugó," dijo, sin sarcasmo agresivo, más como una broma entre conocidos.
Cody sonrió. "Buenos días, Chef."
"Buenos días, chico," respondió el Chef, empujando una taza hacia él. "Café. Y una rosquilla. No preguntes de qué está hecha."
Cody se sentó frente a él, aceptando el desayuno con gratitud. "¿Tiene nombre?"
"Sí. 'No lo pienses mucho'."
Cody rió y dio un sorbo al café. Estaba fuerte, casi como si tuviera intenciones. La rosquilla, por su parte, era sorprendentemente buena. Crujiente por fuera, suave por dentro, con un sabor que no se podía identificar pero tampoco se quería cuestionar.
"¿Y Gwen?" preguntó el Chef, sin mirar directamente. "¿No te tiene atrapado en alguna caminata romántica por el lago?"
"Está dormida," dijo Cody. "Y no quería despertarla. Además... necesitaba un rato para pensar."
El Chef asintió, como si entendiera más de lo que decía.
"¿Pensar en qué?"
Cody se encogió de hombros. "En lo que viene después. En si todo esto vale la pena. En qué haría si gano."
El Chef lo miró con más atención. "¿Y qué harías?"
Cody se tomó un momento. Luego dejó la taza sobre la mesa y habló con calma.
"No lo gastaría todo. No me iría de viaje ni me compraría cosas absurdas. Creo que lo invertiría. Tal vez en algo tecnológico. O en algo que ayude a otros. Me gustaría crear algo útil. Algo que dure."
El Chef se quedó en silencio. Luego soltó una risa breve, grave, como si le hubiera sorprendido gratamente.
"Vaya," dijo. "Un chico con cerebro. Pensé que ibas a decir que lo usarías para comprar una isla y llenarla de videojuegos."
"Eso sería el plan B," dijo Cody, sonriendo.
El Chef se levantó, estirando los brazos. "Bueno, ya que estás aquí y no estás huyendo de gallinas ni mimos... ¿quieres ayudarme?"
Cody se levantó también. "Claro. ¿Qué hacemos?"
El Chef lo miró con una sonrisa apenas visible. "Vamos a cocinar. Pero esta vez, sin explosiones."
Y así, sin más, comenzaron a moverse por la cocina. Cody tomó un delantal que le quedaba grande, el Chef le lanzó una cuchara de madera como si fuera una espada, y el aire comenzó a llenarse de vapor, risas y el sonido de ingredientes cayendo en ollas.
—
La cocina ya no estaba en silencio. El vapor subía como si quisiera escapar por las ventanas, los cuchillos tintineaban sobre las tablas de cortar, y el Chef había dejado de desayunar para ponerse el delantal con la seriedad de quien se prepara para una batalla.
Cody también llevaba uno. Le quedaba grande, claro, y tenía una mancha de algo que parecía pintura pero probablemente era salsa de tomate del día anterior. Aun así, lo usaba con orgullo. Como si fuera parte de un uniforme no oficial.
"Vamos a hacer panqueques," dijo el Chef, como si estuviera anunciando una operación militar.
"¿Con qué?" preguntó Cody, mirando los ingredientes sobre la mesa.
"Con lo que hay," respondió el Chef. "Harina, huevos, leche... y un poco de magia."
"¿Magia de qué tipo?"
"El tipo que no se cuestiona."
Cody asintió. "Perfecto."
Y entonces comenzó.
Primero, la harina. Cody la vertió con entusiasmo, creando una nube blanca que lo hizo estornudar. El Chef lo miró sin decir nada, pero sus ojos decían "esto va a ser largo".
Luego los huevos. Cody los rompía con cuidado, pero uno se le resbaló y cayó en el suelo con un sonido triste. El Chef se agachó, lo recogió con una espátula, y lo arrojó al cubo de desperdicios sin cambiar de expresión.
"Uno menos," dijo.
Después vino la leche. Cody la vertió con precisión, pero olvidó cerrar la tapa del cartón y terminó con un chorro sobre la mesa. El Chef le lanzó un trapo sin mirar.
"Limpia antes de que se convierta en queso."
Cody obedeció, riendo. "Esto se siente como una escena de película."
"Sí," dijo el Chef. "Una donde el protagonista muere por mezclar mal la masa."
Pero a pesar del caos, algo empezó a fluir. Cody batía con ritmo, el Chef añadía ingredientes con precisión, y entre los dos se formaba una coreografía absurda pero efectiva. Como si fueran dos músicos tocando una canción que nadie más podía oír.
En un momento, Cody giró con el bowl en mano, tropezó con una caja de cebollas, y terminó girando sobre sí mismo como si estuviera bailando. El Chef lo atrapó antes de que cayera, lo enderezó con una mano firme, y luego le dio una palmada en el hombro.
"Romeo, si vas a morir, que sea por algo más digno que una cebolla."
"¿Como por amor?" dijo Cody, aún riendo.
"Como por una explosión de horno. Eso sí es dramático."
La masa estaba lista. El Chef tomó una sartén, la calentó, y Cody vertió la mezcla con cuidado. El primer panqueque salió torcido, el segundo más redondo, y el tercero... perfecto.
El Chef lo miró. "No está mal."
"¿Eso es un cumplido?"
"Es lo más cerca que vas a estar de uno."
Cody sonrió. "Lo tomaré."
Y así siguieron, cocinando en ritmo, con bromas, con errores, con risas. Como en *Paddington*, pero con más sarcasmo y menos marmelada. El Chef, que al principio parecía el guardián de la cocina, ahora se movía como si tuviera un compañero de toda la vida. Cody, por su parte, se sentía útil, parte de algo, más allá del juego, más allá del romance, más allá del premio.
Cuando terminaron, había una torre de panqueques en el centro de la mesa. No eran perfectos, pero tenían carácter. Como ellos.
El Chef se sentó de nuevo, tomó uno, lo partió por la mitad y lo lanzó a Cody.
"Buen trabajo, chico."
Cody lo atrapó en el aire. "Gracias, Chef."
Y por un momento, la cocina fue solo eso: una cocina. Sin competencia, sin cámaras, sin drama. Solo dos personas compartiendo comida, historias y una mañana que no necesitaba ser más que eso.
—
El olor a panqueques se esparce por el campamento como una alarma para estómagos dormidos. Dulce, mantequilloso, con ese toque de vainilla que grita "¡desayuno real!". En Isla del Drama, eso es casi milagroso. Por eso, cuando Owen lo huele, su reacción es inmediata.
Desde su cabaña, aún en pijama, Owen sale corriendo como si alguien hubiera gritado "¡buffet ilimitado!". Sus pies descalzos golpean la tierra con entusiasmo, y su voz se escucha antes de que cruce la puerta de la cocina.
"¡PANQUEQUES!" grita, entrando como un huracán. "¡Lo huelo! ¡Lo siento! ¡Lo necesito!"
El Chef ni se inmuta. Está sentado en su rincón, tomando café como si nada. Cody, que acaba de terminar de apilar la última tanda de panqueques, se gira con una sonrisa.
"Buenos días, Owen."
"¡Buenos días, panqueques!" responde Owen, abrazando el aire como si pudiera atrapar el olor.
Gwen entra poco después, con el cabello aún húmedo por la ducha y una expresión tranquila. Se acerca a Cody, que ya tiene preparado un café especial para ella: fuerte, con un toque de canela y una pizca de chocolate. Lo preparó con cuidado, como si fuera parte de un ritual.
"¿Para mí?" pregunta Gwen, tomando la taza.
"Siempre," dice Cody.
Ella sonríe, se sienta junto a él en la mesa larga de madera, y da un sorbo. Cierra los ojos un momento, como si el café la conectara con algo más profundo que la cafeína.
"Perfecto," dice.
Leshawna llega justo detrás, saludando con un gesto amplio. Se sienta junto a Gwen, toma un panqueque del centro y lo parte con los dedos.
"¿Quién cocinó esto?" pregunta.
"El dúo dinámico," dice Gwen, señalando a Cody y al Chef.
Noah aparece en la puerta, con su libro bajo el brazo y una expresión que dice "no estoy aquí por la comida, pero tampoco la rechazo". Se sienta junto a Cody, toma un panqueque sin mirar y comienza a comer como si fuera parte de una rutina.
"¿Sabías que el primer iPhone sale este verano?" dice Noah, sin contexto.
Cody se gira de inmediato. "Obvio. Y también *Portal*. ¿Ya viste el tráiler? El cubo de compañía es lo más emocional que he visto en un videojuego."
"Y *Transformers*," añade Noah. "La película. Megan Fox, explosiones, robots con voz grave..."
"Y *Mass Effect*," dice Cody. "Ya estoy ahorrando para comprarlo. El espacio, decisiones morales, alienígenas con ética compleja..."
Gwen los mira con una ceja levantada. "¿Están haciendo una lista de cosas que están pasando este año?"
"Sí," dice Cody. "Es un año subestimado."
"¿Y qué más?" pregunta Leshawna, divertida.
"*Ratatouille*," dice Noah. "Un ratón cocinero. Básicamente lo que Cody está haciendo hoy."
"¡Oye!" dice Cody. "Yo no soy un ratón."
"Pero cocinas con pasión," dice Gwen, tomando otro sorbo de café. "Y eso te hace adorable."
Cody se sonroja. El Chef, desde su rincón, suelta una risa breve.
"Romeo está en modo desayuno," dice.
Owen, mientras tanto, ha acumulado una torre de panqueques en su plato. Literalmente una torre. Está decorándola con mermelada como si fuera un pastel de cumpleaños.
"¿Alguien quiere bautizar mi creación?" pregunta.
"¿Qué tal 'La Torre Owen'?" dice Leshawna.
"¿O 'Monte Panqueque'?" dice Gwen.
"¿O 'La Última Cena'?" dice Noah. "Porque después de eso, no quedará nada."
Owen levanta su tenedor como si fuera una espada. "¡Entonces que comience la demolición!"
Y lo hace. Con entusiasmo. Con ruido. Con migas volando por el aire.
Mientras tanto, Cody y Gwen comparten su café, Noah y Leshawna discuten si *Superbad* va a ser una obra maestra o solo una película con chistes adolescentes, y el Chef observa todo con una expresión que, aunque no lo dice, parece disfrutarlo.
La cocina se ha convertido en un refugio. No hay competencia. No hay cámaras. Solo comida, conversación y un momento que no necesita ser más que eso.
Cody mira a Gwen, que habla con Leshawna sobre lo que quiere hacer cuando salga del campamento. Gwen dice que quiere viajar, pero no sola. Que quiere ver cosas nuevas, pero con alguien que entienda lo que significa estar en silencio sin que sea incómodo.
Cody la escucha sin interrumpir. Solo asiente, como si cada palabra fuera una nota que él quiere guardar.
Noah le da un codazo. "Estás en modo cubo de compañía."
"¿Eso es malo?"
"No," dice Noah.
Y Cody sonríe.
—
La paz del desayuno no duró mucho.
Justo cuando Owen estaba por nombrar su torre de panqueques "La Fortaleza de la Mermelada", un megáfono rugió desde la distancia.
"¡Campistas! ¡A la costa, ya! ¡Y sí, eso incluye a los que están en pijama!"
Todos se giraron. Chris estaba parado sobre una roca cerca del muelle, con su chaqueta impecable, su sonrisa de villano de caricatura y el megáfono como cetro de poder.
"¿No puede esperar cinco minutos?" murmuró Gwen, tomando el último sorbo de su café.
"No si es Chris," dijo Cody, levantándose.
El grupo comenzó a moverse. Owen cargaba su plato como si fuera una reliquia sagrada. Leshawna caminaba con calma, mientras Noah discutía con él sobre si era legal llevar comida al reto. Gwen y Cody iban juntos, hablando en voz baja. El Chef se quedó atrás, limpiando sin apuro.
Cuando llegaron a la costa, Chris ya estaba en modo espectáculo.
"¡Bienvenidos al séptimo desafío!" dijo, con los brazos abiertos. "Hoy les espera una actividad clásica de campamento. Algo que todos los niños han hecho alguna vez... y que ustedes van a odiar."
Beth levantó la mano. "¿Puedo ir al baño primero?"
Chris la miró. "¿Ahora?"
"Sí. Urgente."
Chris suspiró. "Ve. Pero si te pierdes la explicación, no hay repeticiones."
Beth salió corriendo hacia los baños del campamento, esquivando ramas como si estuviera en un reto propio.
Chris retomó su pose. "Como decía... el reto de hoy es un viaje en canoa. Cada equipo deberá remar a través del lago hasta llegar a la Isla de los Huesos."
Owen levantó la mano. "¿Los huesos son reales?"
"¿Quieres que lo sean?" dijo Chris, con una sonrisa.
Owen bajó la mano.
"Una vez que lleguen a la isla," continuó Chris, "deberán cargar la canoa y transportarla al otro lado. Sí, cargarla. Con los brazos. Como si fueran burros de carga."
Leshawna frunció el ceño. "¿Y cuánto tiempo toma eso?"
"Unas dos horas," dijo Chris. "Atravesando un bosque denso, lleno de raíces, ramas, insectos, y probablemente un mapache con problemas de actitud."
Noah cruzó los brazos. "¿Y todo eso por qué?"
"Porque es divertido para mí," dijo Chris. "Y porque el equipo que llegue primero al otro lado de la isla y coloque su canoa en el muelle ganará inmunidad. El otro equipo... ya sabe lo que le espera."
Cody miró el lago. El agua estaba tranquila, pero la distancia era considerable. La isla se veía pequeña desde ahí, pero lo suficiente para saber que no sería fácil.
Gwen se acercó. "¿Listo para remar?"
"Siempre," dijo Cody. "Aunque preferiría estar cocinando."
"Yo preferiría estar dormida," dijo Gwen. "Pero aquí estamos."
Chris aplaudió. "¡Vamos, campistas! ¡A sus canoas! ¡Y recuerden: si se hunden, no hay reembolso!"
—
Chris seguía de pie sobre la roca, con el lago detrás como telón de fondo y su megáfono como cetro de autoridad innecesaria.
"Como ya dije," continuó, "remarán hasta la Isla de los Huesos. Una vez ahí, deberán cargar la canoa y atravesar la isla a pie. Dos horas de caminata por bosque denso, raíces traicioneras y fauna con actitud."
Geoff levantó la mano, con expresión confundida. "¿Pero vamos a remar primero o caminar primero?"
Chris lo miró como si acabara de preguntar si el agua es líquida.
"Remar primero, Geoff."
"¿Y después caminamos con la canoa?"
"Sí."
"¿Y luego... qué?"
Duncan se giró hacia Cody, con una sonrisa. "¿Crees que si le damos una brújula, se la come?"
Cody se rió. "Solo si no viene con instrucciones en dibujos."
El grupo soltó carcajadas. Geoff sonrió, sin entender del todo, pero feliz de ser parte del momento.
Chris levantó el megáfono de nuevo. "¡Y no hemos terminado! Al llegar al otro lado de la isla, deberán hacer una fogata de rescate. Una que yo juzgaré personalmente. Y sí, eso significa que si su fogata parece una barbacoa triste, no cuenta."
"¿Fogata de rescate?" preguntó Leshawna. "¿Qué significa eso?"
"Que debe ser visible desde el aire," dijo Chris. "Imaginen que están perdidos y quieren que un helicóptero los vea. No sirve si parece que están asando malvaviscos."
"¿Y luego?" preguntó Noah.
"Luego vuelven a subir a sus canoas y reman de regreso al campamento. El primer equipo en llegar gana inmunidad."
Owen levantó la mano. "¿Y si nos perdemos en el bosque?"
"Entonces será más divertido para mí," dijo Chris.
Justo cuando parecía que el reto iba a comenzar, Chris levantó una mano dramáticamente.
"¡Un momento!"
Todos se detuvieron.
"Antes de que se lancen al lago como patos sin dirección, hay algo que deben saber. Una advertencia. Una leyenda."
El grupo se quedó en silencio. Chris bajó la voz.
"Se dice que quien tome algo de la Isla de los Huesos... quedará maldito para siempre."
Geoff tragó saliva. "¿Maldito cómo?"
"¿Quieres averiguarlo?" dijo Chris, con una sonrisa.
"Estoy bien, gracias."
Chris bajó del risco con un salto exagerado. "¡Ahora sí! ¡Desafío iniciado!"
Los chicos comenzaron a moverse hacia las canoas. Justo en ese momento, Beth apareció corriendo desde el baño, con el cabello alborotado y los cordones desatados.
"¡Esperen! ¡Ya volví!"
Chris la vio pasar. "Sigue a los demás, Beth. Y una cosa más: equipos de dos por canoa."
Eso cambió el ritmo.
Gwen giró de inmediato, tomó a Cody del brazo y lo arrastró hacia una canoa sin decir palabra. Cody apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que ya estuvieran acomodándose.
Las chicas no estaban felices. Lindsay frunció el ceño. Leshawna levantó una ceja. Beth, que aún no entendía del todo, se quedó parada sin pareja.
Trent, por su parte, se quedó quieto, mirando cómo Gwen y Cody se acomodaban juntos. Su expresión era neutra, pero sus hombros caídos lo delataban.
Duncan se acercó a Geoff. "¿Listo para remar como si tu vida dependiera de ello?"
"¿Depende?"
"Probablemente no. Pero hazlo igual."
Y así, las canoas comenzaron a deslizarse hacia el agua, los equipos formándose entre risas, tensiones y silencios incómodos. El lago estaba tranquilo, pero la competencia apenas comenzaba.
—
[Confesionario: Lindsay]
"Gwen y Cody son novios. Oficialmente. Y no lo esconden. Ella lo eligió para remar como si fuera su premio de consolación personal. ¡Ni siquiera preguntó! Yo estaba ahí, con mi peinado de 'aventura acuática', lista para remar con alguien que no grite. ¿Y qué pasa? Termino con Heather, que grita por todo. Incluso por las hojas. ¡Las hojas!"
[Confesionario: Heather]
"Gwen y Cody están juntos desde hace días, y ya se creen los reyes del campamento. Café especial, miradas intensas, coordinación perfecta... ¿Qué sigue? ¿Una boda en la fogata? Cody antes era útil para todas. Ahora solo existe para Gwen. Y eso me molesta. Porque si ella cree que puede ganar con su novio como escudo emocional, está equivocada. Yo también sé jugar. Y sé jugar sola."
[Confesionario: Courtney]
"No me molesta que Gwen tenga novio. Me molesta que sea Cody. Porque Cody es el tipo de chico que hace café con canela sin que se lo pidas. Que te ayuda a cargar cosas sin quejarse. Que escucha. Y Gwen lo tiene. Lo tiene completo. Mientras yo estoy remando con Bridgette, ¿Justo? No. ¿Realidad? Sí."
[Confesionario: Bridgette]
"Gwen y Cody son pareja, y se nota. Se miran como si fueran los únicos en la isla. Y sí, me da un poquito de envidia. Cody es dulce, atento, y tiene esa cosa rara de 'me preocupo por ti sin hacer drama'. Y Gwen lo tiene desde hace días. Yo estoy sola, sin café, sin Cody, y con una canoa que pesa como si tuviera piedras. No es celos. Es frustración."
[Confesionario: Izzy]
"¡Gwen y Cody están juntos! ¡Y eso es adorable! Pero también sospechoso. Porque si dos personas se ven tan bien juntas, algo va a explotar. ¡Siempre explota! Y además, Cody me ayudó a pelar zanahorias la semana pasada. ¡Zanahorias! Eso es íntimo. Y ahora ni me mira. Solo tiene ojos para Gwen y su café especial. ¿Dónde está mi café especial, Cody? ¿Dónde está mi zanahoria emocional?"
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Los equipos ya estaban definidos:
- Gwen y Cody
- Izzy y Leshawna
- Owen y Noah
- DJ y Geoff
- Heather y Lindsay
- Duncan y Beth
- Trent y Harold
El primer paso: mover las canoas al lago.
Para algunos, fue pan comido. DJ y Geoff cargaron la suya como si fuera una tabla de surf. Gwen y Cody se coordinaron sin hablar, como si ya hubieran practicado. Duncan arrastró la suya con Beth encima, porque ella dijo que "así se ahorra energía".
Otros no tuvieron tanta suerte. Lindsay tropezó con una raíz, Heather gritó por una araña imaginaria, y Trent y Harold discutieron sobre cuál lado era el frente de la canoa. Izzy y Leshawna intentaron levantar la suya con una cuerda improvisada que terminó en nudo decorativo.
Finalmente, todas las embarcaciones estaban en el agua. Chris, desde el muelle, levantó una bandera roja y gritó por megáfono:
"¡A remar, campistas! ¡Y recuerden: si se hunden, no hay reembolso!"
La carrera comenzó.
Desde el primer minuto, tres equipos tomaron ventaja:
- Gwen y Cody, remando con ritmo perfecto, como si fueran parte de una coreografía. Cody marcaba el ritmo, Gwen lo seguía con precisión. No hablaban mucho, pero se entendían con miradas.
- Owen y Noah, con Owen haciendo fuerza bruta y Noah dando instrucciones como si estuviera jugando *Age of Empires*. "¡Izquierda! ¡Ahora derecha! ¡No, tu otra derecha!"
- Duncan y Beth, sorprendentemente rápidos. Duncan remaba con fuerza, Beth gritaba cada vez que una gota de agua la tocaba, pero al menos no se detenían.
El resto del grupo avanzaba con más esfuerzo que estilo. Heather y Lindsay giraban en círculos. Izzy y Leshawna discutían sobre si el remo podía usarse como lanza. Geoff y DJ iban bien, pero se distrajeron viendo un pez saltar. Trent y Harold se movían en zigzag, como si estuvieran evitando obstáculos invisibles.
Chris observaba desde el muelle, con binoculares y una sonrisa.
"Esto va a estar bueno," murmuró.
En el agua, Gwen y Cody mantenían la delantera. Gwen miró hacia atrás, vio a Heather girando en círculos, y sonrió. Cody la miró de reojo.
"¿Te divierte?"
"Un poco," dijo Gwen. "Pero también me gusta ganar."
"Entonces sigamos remando."
Owen gritaba de emoción. "¡Esto es como *Titanic*, pero sin iceberg! ¡Y sin romance! ¡Y sin hundimiento! ¡Y sin Leonardo DiCaprio!"
Noah suspiró. "Owen, por favor, solo rema."
Duncan y Beth pasaron junto a DJ y Geoff, que estaban cantando una canción improvisada sobre peces. Duncan levantó una ceja.
"¿Esto es una competencia o un karaoke flotante?"
"¡Ambas!" gritó Geoff.
La carrera seguía. El agua se agitaba. Las canoas avanzaban. Y en la distancia, la Isla de los Huesos comenzaba a hacerse visible: oscura, con árboles densos y una costa rocosa que parecía decir "bienvenidos al problema".
—
El agua del lago estaba tranquila, pero la tensión flotaba como si tuviera vida propia.
En la canoa de Gwen y Cody, el ritmo era perfecto. No hablaban mucho, pero cuando lo hacían, era con esa cadencia que solo tienen las parejas que ya se entienden con una ceja levantada o un gesto mínimo.
Cody remaba con fuerza medida, sin alardes. Gwen lo miraba de reojo, con esa media sonrisa que usaba cuando estaba de buen humor pero no quería que se notara demasiado.
"Estás concentrado," dijo Gwen.
"Estoy impresionando a mi compañera," dijo Cody.
"¿Y lo estás logrando?" dijo Gwen.
"Depende. ¿Me vas a dar puntos extra si no nos chocamos con nada?" dijo Cody.
"Solo si no me salpicas," dijo Gwen.
Cody giró el remo con cuidado, exagerando el gesto para evitar una gota.
"¿Así?" dijo Cody.
Gwen soltó una risa breve.
"Te estás luciendo," dijo Gwen.
"Siempre que tú estés mirando," dijo Cody.
Ella negó con la cabeza, pero no dejó de sonreír.
A unos metros detrás, Owen y Noah remaban con menos elegancia pero más entusiasmo.
"¡Mira a los novios!" gritó Owen. "¡Van tan sincronizados que parecen una licuadora en modo pareja!"
"¿Eso tiene sentido?" dijo Noah sin levantar la vista.
"No, pero suena bien," dijo Owen.
Cody se giró apenas.
"¿Quieren que les prestemos el ritmo?" dijo Cody.
"¡Solo si viene con desayuno!" gritó Owen.
"Y café con canela," añadió Noah.
"No hay café para terceros," dijo Gwen.
Más atrás, Trent remaba en silencio. Su mirada estaba fija en la canoa de Gwen y Cody. No decía nada, pero su expresión lo decía todo: incomodidad, nostalgia, algo que no terminaba de procesar.
A su lado, Harold no paraba de hablar.
"¿Otra vez Cody? ¿Otra vez el centro de atención? ¿Por qué todos lo miran como si fuera el protagonista? ¿Qué tiene? ¿Remos mágicos? ¿Un contrato con la producción?" dijo Harold.
Trent no respondió. Solo siguió remando, con los ojos clavados en Gwen.
"Y Gwen, claro. Siempre con él. Como si fueran los reyes del campamento. ¿Y los demás? ¿Qué somos? ¿Los que cargan las canoas y no tienen líneas?" dijo Harold.
En otras canoas, las chicas observaban.
Heather, con los brazos cruzados, remaba con fuerza innecesaria. Su mirada iba directo a Gwen, como si pudiera descomponer la escena con solo verla.
Courtney, desde su canoa con Bridgette, fingía mirar al frente, pero sus ojos se desviaban cada vez que Cody decía algo dulce.
Bridgette, sola en su remo, suspiraba. No por el esfuerzo, sino por lo que veía.
Izzy, que remaba con Leshawna, murmuraba cosas como "¡zanahorias emocionales!" y "¡yo también quiero café con canela!"
Lindsay, que giraba en círculos con Heather, se quejaba en voz baja.
"¿Por qué no me eligió a mí? Tengo buen equilibrio. Y buen perfume," dijo Lindsay.
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Las canoas avanzaban por el lago, cada una con su ritmo. El sol reflejaba en el agua como si quisiera distraerlos, pero los campistas seguían remando, algunos con coordinación, otros con caos.
En una de las canoas, Bridgette remaba junto a Courtney, manteniendo el ritmo mientras hablaban en voz baja.
"¿Sabías que Geoff me dejó un regalo?" dijo Bridgette, sin mirar.
"¿En serio?" dijo Courtney, girando apenas la cabeza. "¿Cuándo?"
"Antes de subir a la canoa. Lo metió en mi mochila. No lo vi hasta que la cargamos. Solo me dijo 'es algo especial' y se fue."
"¿Y qué era?" preguntó Courtney.
"No lo he abierto. Pero por cómo lo dijo... tengo miedo de que sea algo raro. Como una pulsera con comida pegada. O una carta escrita en servilleta."
Courtney soltó una risa breve. "Eso suena muy Geoff."
"Lo peor es que creo que lo hizo porque Cody está con Gwen. Como si eso lo dejara libre para intentar algo conmigo."
"¿Y tú qué piensas?" dijo Courtney.
Bridgette se encogió de hombros mientras cambiaba de lado el remo. "No sé. Geoff es divertido, pero no sé si me gusta así. Y si el regalo es lo que imagino... va a ser difícil fingir entusiasmo."
En otra canoa, Geoff remaba junto a DJ, con esfuerzo y entusiasmo desbalanceado.
"Le dejé el regalo," dijo Geoff, entre resoplidos.
DJ lo miró de reojo. "¿Qué le diste?"
"No lo vio aún, pero es una pulsera que hice con hilo rojo. Le pegué una concha. Y un sticker de hamburguesa."
DJ dejó de remar por un segundo, luego volvió a moverse con más fuerza.
"¿Una hamburguesa?" dijo DJ.
"Sí. Pensé que era simbólico. Como... ella es el mar, y yo soy el hambre."
DJ se golpeó la frente con la palma, sin dejar de remar.
"Geoff, eso no es simbólico. Eso es confuso."
"¿Crees que no le va a gustar?" dijo Geoff.
"Creo que va a pensar que estás bromeando. ¿Y la carta?"
"La escribí en papel de cocina. Tenía textura."
DJ cerró los ojos un segundo. "Bro..."
"¿Qué?" dijo Geoff.
"Si de verdad te gusta Bridgette, haz algo que tenga sentido. Háblale. Invítala a caminar cuando lleguemos a la isla. No le pegues comida a los regalos. Y por favor, usa papel normal."
Geoff asintió, serio. "Cody dijo algo parecido."
DJ levantó una ceja. "¿Hablaste con Cody?"
"Sí. Le pregunté qué pensaba de Bridgette. Me dijo que ella es increíble, que es normal que me guste, y que él está con Gwen. Que no necesita darme permiso."
"Bueno, al menos eso fue maduro," dijo DJ.
"Sí. Pero no me dijo que no usara stickers de comida."
"Porque eso ya debería ser sentido común," dijo DJ.
Geoff rió. "¿Crees que aún tengo oportunidad?"
"Sí," dijo DJ. "Pero solo si dejas de actuar como si estuvieras en un comercial de snacks."
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El lago seguía tranquilo, pero las conversaciones flotaban con más peso que el agua.
En una de las canoas, Trent remaba en silencio, mientras Harold hablaba sin parar. Su tono no era agresivo, pero sí constante, como si necesitara llenar cada segundo con palabras.
"...y claro, Cody siempre en el centro. Café especial, ritmo perfecto, Gwen riéndose. ¿Y tú? ¿Vas a quedarte mirando cómo se aleja o vas a hacer algo?" dijo Harold.
Trent no respondió de inmediato. Su mirada estaba fija en la canoa de Gwen y Cody, que avanzaba con fluidez unos metros adelante. Gwen sostenía una pequeña cámara plateada, enfocando el horizonte, luego girando hacia Cody, luego hacia los demás.
"¿Qué estás insinuando?" dijo Trent, sin dejar de remar.
"Estoy diciendo que si quieres arreglar las cosas con Gwen, necesitas hablar con ella. No en confesionario. No en grupo. Tú y ella. Cara a cara," dijo Harold.
Trent bajó la mirada por un segundo. "¿Y cómo se supone que haga eso en medio de un lago?"
"Déjamelo a mí," dijo Harold. "Cuando lleguemos a la isla, puedo hacer que regrese contigo en la misma canoa. Una excusa, un cambio de equipo, lo que sea. Solo dime si quieres hacerlo."
Trent dudó. El remo se detuvo por un segundo, luego volvió a moverse.
"Tengo algo en mente," dijo Trent. "Pero no quiero forzar nada."
"No vas a forzar nada," dijo Harold. "Solo vas a hablar. Lo demás depende de ella."
Mientras tanto, en la canoa líder, Cody remaba con ritmo constante, disfrutando el silencio entre bromas. Gwen, sentada al frente, sostenía la cámara que Cody le había dado esa mañana.
"Pensé que te gustaría tener recuerdos," le había dicho Cody. "Y también para que tomes fotos de Owen haciendo cosas raras."
Ahora, Gwen enfocaba a Owen, que remaba como si estuviera en una competencia de lucha libre acuática. Luego giró hacia Noah, que tenía cara de "esto no estaba en el contrato".
Click.
Luego enfocó a Cody, que sonreía sin mirar a la cámara.
Click.
"¿Estás documentando nuestra gloria?" dijo Cody.
"Estoy documentando nuestras anécdotas," dijo Gwen. "Para cuando esto termine y digamos '¿te acuerdas del día del lago?'"
"¿Y qué título le vas a poner?" dijo Cody.
"'El día que Owen casi volteó su canoa y Noah gritó como si hubiera visto un tiburón,'" dijo Gwen.
"Muy específico," dijo Cody.
"Muy real," dijo Gwen, tomando otra foto.
Desde atrás, Owen gritó "¡Estoy bien!" mientras su remo salía disparado por accidente.
Gwen giró la cámara. Click.
Cody rió. "Definitivamente va a ser un buen álbum."
Ella bajó la cámara un momento y lo miró.
"Gracias por esto," dijo Gwen.
"Por la cámara o por el caos?" dijo Cody.
"Por todo," dijo Gwen.
Y siguieron remando.
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