El tiempo pasó lentamente.
En el centro de la explanada, Sarutobi Hiruzen ofrecía un discurso solemne sobre la Voluntad del Fuego a los estudiantes de primer año, entre ellos Shima.
El contenido era, en esencia, monótono: una sucesión de historias gloriosas, sacrificios pasados y palabras cuidadosamente escogidas para inspirar lealtad absoluta hacia Konoha.
Sin embargo, para los niños —e incluso para muchos adultos de ese mundo— aquellas palabras tenían un poder casi hipnótico. Era una ideología profundamente arraigada, capaz de encender el fervor y moldear voluntades desde temprana edad.
Aunque en el fondo Shima encontraba todo aquello un poco exagerado, no dejó que se notara. Por el contrario, mostró una expresión emocionada, los ojos brillantes, como si estuviera dispuesto a entregar su vida por la aldea sin dudarlo.
Después de todo, su objetivo era convertirse algún día en Hokage.
Desde el podio, Sarutobi Hiruzen notó su reacción y asintió con satisfacción.
—Efectivamente… —pensó—. Un niño digno de heredar la Voluntad del Fuego. El futuro pilar de Konoha.
Su intuición no podía estar equivocada.
Entonces, el discurso llegó a su fin.
Los estudiantes regresaron a su rutina escolar habitual.
El tiempo siguió avanzando y, sin que nadie se diera cuenta, el primer semestre estaba a punto de concluir.
Durante ese período, los alumnos de primer grado solo habían recibido clases teóricas y entrenamiento físico básico. Tras las clases matutinas, llegaba inevitablemente la hora del almuerzo.
Shima y Hinata comían sus loncheras dentro del aula.
"¿Por qué Hinata dio el primer paso otra vez…?"
Chino murmuró en voz baja, aunque rápidamente forzó una sonrisa y saludó a Hinata.
En los últimos tres meses, ambas se habían vuelto muy cercanas. Compartían gustos, pequeños secretos… y un sentimiento en común que ninguna se atrevía a confesar abiertamente: a ambas les gustaba Shima.
…
En el campo de entrenamiento, Shima y Uchiha Sasuke se encontraban frente a frente, separados por apenas dos metros.
Iruka se colocó entre ambos y alzó la voz.
"Hagan el sello de oposición."
Tras retroceder unos pasos, llevó el silbato a sus labios.
"La regla es simple: el primero en caer al suelo pierde. ¡Comiencen!"
"¡Bip~!"
Al sonido del silbato, ambos bajaron la guardia y se lanzaron el uno contra el otro.
Sasuke fue el primero en atacar, lanzando un golpe directo con su mano derecha.
Shima se desplazó hacia un costado y estiró la mano para atrapar el brazo de Sasuke, intentando ejecutar un lanzamiento de hombro.
Sin embargo, Sasuke ya lo había previsto.
En el instante en que su puño salió, su hombro izquierdo había acumulado fuerza. Retrajo el brazo, bajó el centro de gravedad y, aprovechando el impulso, ejecutó una patada de barrido con la intención de derribar a Shima de inmediato.
Pero al segundo siguiente, ocurrió algo inesperado.
La patada no golpeó nada.
Shima había desaparecido.
Por un breve instante, el vacío desconcertó a Sasuke. Entonces sintió unas manos firmes sujetando su ropa desde los hombros y una fuerza brutal lo lanzó hacia adelante.
Debido a la posición de su propio ataque, Sasuke cayó de lleno contra el suelo.
El impacto fue seco.
Todo el campo quedó en silencio.
Iruka no anunció el resultado de inmediato. Miró a Shima con los ojos abiertos de par en par y exclamó, incrédulo:
"¡¿Eso fue una técnica de movimiento corporal?! ¡Es… es increíble!"
Las palabras llegaron claramente a los oídos de Sasuke.
Avergonzado, se incorporó de inmediato y miró fijamente a Shima.
"¡Otra vez!", gritó, sin aceptar la derrota.
"La pelea terminó", intervino Iruka con firmeza. "El ganador es Shima."
"…Maldita sea", murmuró Sasuke entre dientes.
Sin embargo, como su familia aún no había sido destruida, Sasuke no era extremo ni estaba obsesionado con la victoria o el honor del clan.
Siguiendo la indicación de Iruka, se acercó a Shima y levantó los dedos índice y medio.
"Gracias por el consejo."
Tras finalizar el entrenamiento, Ino y Sasuke abandonaron juntos la Escuela Ninja.
Los demás estudiantes también comenzaron a regresar a sus hogares.
Shima no esperó a Chino; sabía que ella iría a jugar a la casa de Hinata.
"NARUTO, ¿no te vas?"
Shima se detuvo al notar que Naruto seguía allí. Normalmente, ya se habría ido hace rato con Sakura.
"Quería preguntarte algo…"
Naruto se rascó la cabeza, algo avergonzado.
"¿Qué pasa?"
"¿Podrías enseñarme las tres técnicas corporales?"
Shima reflexionó unos segundos antes de responder.
"Las Técnicas de Tres Cuerpos son la transformación, la sustitución y el clon", explicó. "¿Lo entiendes?"
Naruto parpadeó, confundido, y volvió a rascarse la cabeza.
Shima lo observó un momento y entonces tuvo una idea.
"Tal vez el entrenamiento físico sea más adecuado para ti."
'Uzumaki Naruto y el taijutsu encajan perfectamente', pensó.
Con el chakra del Kyūbi interfiriendo en su control, el ninjutsu no era su fuerte por ahora. Sin embargo, su físico, su capacidad de recuperación y su instinto de combate lo convertían en un talento natural para el combate cuerpo a cuerpo.
"¿Taijutsu?"
Naruto recordó la pelea anterior y sus ojos se iluminaron.
"¿El tipo de técnica con la que venciste a Sasuke de un solo golpe? ¡Quiero aprender eso!"
"No soy muy bueno enseñando", respondió Shima con honestidad. "Pero puedo ayudarte a encontrar un buen maestro."
Ya tenía uno en mente.
Might Guy.
La imagen de Naruto vestido de verde apareció de pronto en su mente.
"¡Sasuke, esto es juventud!", gritaba un Naruto imaginario, lleno de energía.
"…"
Shima inhaló bruscamente.
"¿Eh?", Naruto lo miró, confundido.
"Espérame mañana después de la escuela", dijo Shima sin explicar más.
Tras despedirse de Naruto, regresó a su residencia para continuar entrenando.
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