La alarma sonó como todos los días.
Nicole se levantó sin quejarse.
Se duchó, se peinó con cuidado, eligió su uniforme.
Pero ese día, algo cambió.
Decidió preparar mini donas caseras para el desayuno.
Era su forma de empezar distinto.
Las hizo con paciencia, decorándolas con azúcar y un toque de canela.
Las guardó en su lonche, se colgó la mochila y salió rumbo a la escuela.
Al llegar al aula, el aroma dulce invadió el espacio.
Sus amigas la miraron con curiosidad.
—¿Qué trajiste? —preguntó Hengely, acercándose.
Nicole sonrió y abrió su lonche.
—Mini donas. Las hice yo.
Todas se sorprendieron.
Nicole compartió algunas, y entre risas, empezó la clase.
Trabajó en pareja con Hengely, concentrada como siempre.
Estudiaban, hablaban, y el tiempo pasó rápido.
🍬 Primer recreo
Cuando sonó el timbre, Nicole fue directo a la cafetería.
Compró algunas chuches y salió al patio.
Se dirigió a su banco favorito, ese que quedaba bajo la sombra de un árbol.
Se sentó, abrió su lonche, y empezó a comer las donas.
Estaba tan concentrada que no notó que alguien se acercaba.
—Hola —dijo una voz masculina.
Nicole se sobresaltó.
Tenía la boca llena y se sintió como una glotona.
—Eh… hola —respondió, limpiándose rápido.
El chico sonrió.
—Soy Dan. Estoy en 1ero C. ¿Vos sos Nicole?
—Sí… ¿nos conocemos?
—No, pero quería hablar con vos. ¿Puedo sentarme?
Nicole dudó un segundo, pero no quería ser grosera.
—Claro.
Dan se sentó y empezaron a hablar.
Él le hacía preguntas simples, hablaba con naturalidad.
Nicole se relajó.
Le parecía simpático.
🏐 Mientras tanto…
A unos metros, Alex jugaba voleibol con Grey y algunas chicas del colegio.
Se movía bien, se reía, parecía tranquilo.
Hasta que giró la cabeza y vio a Nicole.
Estaba riendo.
Con otro chico.
Alex se quedó quieto.
El corazón le dio un golpe seco.
¿Quién es ese? ¿Por qué ella se ríe así?
Y justo en ese momento, una pelota lo golpeó en la cabeza.
—¡Perdón! —dijo la chica que la lanzó.
Alex la miró, serio.
—Está bien.
Pero no sonrió.
No dijo nada más.
Se quedó quieto, mirando a Nicole.
Y pensando.
Nicole volvió al aula después del recreo.
Se sentía tranquila, como si el día estuviera fluyendo bien.
Al contrario de Alex, que no dejaba de pensar en lo que había visto.
Toda la clase estuvo distraído, con la mirada perdida y el corazón apretado.
Nicole se sentó junto a Hengely.
Era hora libre, y aprovecharon para charlar.
—¿Quién era el chico con el que estabas? —preguntó Hengely, curiosa.
Nicole frunció el ceño, un poco molesta.
—Se llama Dan. Solo me habló para conocerme. No me gusta ni nada.
Hengely levantó las manos en señal de paz.
—Ok, ok. Solo preguntaba.
Nicole suspiró.
No quería que se malinterpretara.
Dan le había parecido simpático, pero nada más.
Siguieron charlando, y el tiempo pasó rápido.
🍱 Almuerzo
Nicole fue al comedor con sus amigas, como siempre.
Comió tranquila, se rió un poco, y cuando terminó, se levantó para salir.
Justo en ese momento, Alex apareció frente a ella.
—¿Podemos hablar? —dijo, con una voz que sonaba más tensa de lo normal.
Nicole lo miró, algo confundida.
Sintió raro el tono, pero aceptó.
—Está bien.
Lo que no vio fue que, a unos metros, Dan también se acercaba.
Alex lo notó.
Y lo miró con una expresión dura, intimidante.
Dan se detuvo.
Se dio la vuelta.
Nicole no se dio cuenta de nada.
Alex encontró un lugar apartado y se sentó con ella.
Pero algo estaba mal.
No era como otras veces.
No había calma.
No había ternura.
Alex hablaba rápido.
Le hacía muchas preguntas.
Algunas sin sentido.
—¿Te gusta el voleibol?
—¿Qué pensás de los chicos que repiten año?
—¿Te molestó que te hablara en el recreo?
Nicole lo miraba, cada vez más incómoda.
Él estaba nervioso.
Presionado.
Como si tuviera que demostrar algo.
Hasta que Nicole no aguantó más.
—¿Podés calmarte? —dijo, seria.
Alex se quedó en silencio.
—No sos vos. No así. Me estás presionando… y no me gusta.
Se levantó.
Sin gritar.
Sin hacer drama.
—Voy con mis amigas.
Y se fue.
Alex se quedó solo.
Con las palabras enredadas.
Y el corazón más confundido que antes.
📱 Después del almuerzo
Nicole volvió con sus amigas.
No dijo mucho.
Solo se sentó, comió en silencio, y dejó que el enojo se le fuera bajando poco a poco.
Mientras tanto, Alex estaba en su lugar, mirando el celular.
Pensando si debía escribirle.
Si no hacerlo sería peor.
Finalmente, lo hizo.
Alex:
"Perdón por lo de hoy. Me puse nervioso. No quería que te sintieras presionada. Solo… me dio miedo perderte."
Nicole leyó el mensaje unos minutos después.
Lo pensó.
Y respondió.
Nicole:
"Está bien. Te perdono. Pero no vuelvas a hablarme así. No me gusta."
Alex sintió alivio.
Y esperanza.
Alex:
"¿Seguís queriendo salir hoy?"
Nicole dudó un segundo.
Luego escribió:
Nicole:
"Sí. Nos vemos en el parque."
🌳 Encuentro en el parque
El sol bajaba lento, tiñendo el cielo de naranja.
Nicole llegó al parque con el uniforme escolar aún puesto.
Alex ya estaba ahí, esperándola cerca de la fuente.
Cuando la vio, se le iluminó la cara.
Nicole caminó despacio, con una mezcla de timidez y curiosidad.
—Hola —dijo ella.
—Hola —respondió él, con una sonrisa suave.
Caminaron juntos por los senderos del parque.
No hablaban mucho al principio.
Solo se escuchaban los pasos, el viento, y el canto lejano de los pájaros.
Alex rompió el silencio.
—Gracias por venir.
Nicole lo miró.
—Gracias por escribirme.
Se sentaron en una banca bajo un árbol.
Alex sacó una bolsita con caramelos y se la ofreció.
—No son mini donas, pero… pensé que te gustarían.
Nicole sonrió.
—Me encantan.
Comieron algunos.
Hablaron de cosas simples:
De la escuela.
De sus gustos.
De lo que les gustaría hacer juntos.
Alex la miraba con atención.
Nicole también lo miraba distinto.
Como si algo se hubiera desbloqueado entre ellos.
En un momento, Alex se acercó un poco más.
No para besarla.
Solo para estar cerca.
—¿Te gusta estar acá conmigo? —preguntó.
Nicole asintió.
—Sí. Me gusta.
Él le tomó la mano, despacio.
Ella no la soltó.
El sol seguía bajando.
Y aunque no dijeron mucho más, el silencio entre ellos se volvió cómodo.
Íntimo.
Real.
Cuando llegó la hora de irse, Alex se ofreció a acompañarla.
Nicole aceptó.
Y caminaron juntos, con las manos entrelazadas, como si el día hubiera empezado de nuevo.
Caminaron juntos hasta la casa de Nicole.
El sol ya se había escondido, y el aire era fresco.
Alex no soltó su mano en todo el camino.
Nicole tampoco quiso soltarlo.
Al llegar, se detuvieron frente a la puerta.
Desde la ventana, la mamá de Nicole los observaba.
Cuando abrió, lo hizo con una sonrisa amable.
—Hola, joven. ¿Vos la trajiste?
—Sí, señora. No hay problema —respondió Alex, con respeto.
La mujer lo miró con ternura.
Luego se inclinó hacia Nicole, y le susurró al oído… pero lo suficientemente fuerte para que él escuchara.
—Hacen buena pareja.
Nicole se puso roja al instante.
—¡Mamá!
Alex se rió.
No de burla.
De ternura.
—Nos vemos mañana —dijo él, aún sonriendo.
—Nos vemos —respondió Nicole, bajando la mirada.
Alex se fue caminando, con las manos en los bolsillos.
Cuando llegó a su casa, se tiró en la cama.
Pensó en todo lo que había hecho ese día.
En cómo la había presionado.
En cómo casi arruina algo que apenas estaba empezando.
No quiero volver a hacerle sentir eso.
Voy a cambiar. Por ella. Por mí.
"Fin del Capitulo 7"