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Chapter 87 - Capitulo 82 - Septimo Desafio (Parte 3)

Capitulo 82 - Septimo Desafio (Parte 3)

El lago se abría frente a ellos como una lámina de agua irregular, moteada por reflejos de sol y restos de neblina. La canoa de los Topos Gritones avanzaba con ritmo constante, aunque algo pesado por la cantidad de pasajeros. Gwen iba al frente, remando con precisión. Leshawna marcaba el ritmo desde el centro, firme y silenciosa. Izzy, en la parte trasera, cantaba una melodía improvisada sobre fuego, humo y "la gloria de los patos con dientes".

Heather se mantenía callada, mirando el agua como si quisiera que el trayecto terminara ya. Lindsay se quejaba del barro seco en sus pantalones, aunque nadie la escuchaba. Beth sostenía el tiki tallado que había encontrado, girándolo entre los dedos como si fuera un amuleto. Y Trent, sentado cerca de Gwen, miraba el horizonte con una mezcla de nerviosismo y decisión.

El silencio entre ellos no era incómodo. Era funcional. Cada quien estaba en su mundo, concentrado en remar, en pensar, en avanzar. Pero Trent no podía quedarse en ese silencio. No esta vez.

Se inclinó un poco hacia Gwen, sin interrumpir su ritmo.

"¿Puedo decirte algo?" preguntó, en voz baja.

Gwen lo miró de reojo. "¿Aquí?"

"Sí. No es nada raro. Solo... quería hablar."

Gwen no respondió, pero tampoco lo detuvo.

Trent respiró hondo. "Sé que últimamente he estado... fuera de lugar. No quiero sonar dramático. Solo quería decir que me alegra que estemos en el mismo equipo."

Gwen asintió, sin cambiar de expresión.

"Y que me gusta cómo remas," añadió Trent, intentando una sonrisa. "Es como si supieras exactamente cuánto empuje necesita cada palada."

"Gracias," dijo Gwen, sin mirar.

Trent se animó un poco. "¿Sabías que este lago tiene forma de riñón? Lo vi en el mapa. Me pareció curioso."

Gwen no respondió.

"También vi que hay una especie de rana que solo vive aquí. Tiene manchas en forma de espiral. Me pareció... poético."

Silencio.

Trent intentó otra vía. "¿Te acuerdas cuando hablábamos de música? Me encontré pensando en eso. En cómo tú decías que las letras no siempre tienen que tener sentido, solo ritmo. Me gustó esa idea."

Gwen bajó la mirada por un segundo, pero no dijo nada.

"Yo sigo escribiendo," dijo Trent. "No mucho. Pero a veces me salen frases que me recuerdan a ti. No en plan romántico. Solo... como si tu forma de ver las cosas se hubiera quedado en mi cabeza."

Leshawna lo miró de reojo. No con juicio. Con lástima.

Trent lo notó, pero siguió. "Sé que no estás molesta conmigo. Lo sé. Solo... siento que hay una distancia. Y no sé si es algo que debería respetar o intentar cruzar."

Gwen se detuvo un momento en su remada. No por él. Solo para ajustar la posición.

"Trent," dijo finalmente, sin dureza. "No tienes que buscar algo que no está."

Él asintió. "Lo sé. Pero a veces uno se queda con la idea de que tal vez sí está. Solo que no se ha dicho."

"No está," repitió Gwen, tranquila.

Trent bajó la mirada. "Está bien."

Izzy gritó desde atrás: "¡Miren ese pez! ¡Tiene cara de político!"

Lindsay se inclinó para buscarlo. Heather suspiró. Beth guardó el tiki en su mochila.

El momento se disolvió.

Trent se recostó un poco, mirando el cielo. No volvió a hablar. Gwen volvió a mirar al frente. Leshawna siguió remando, con una expresión que decía más que cualquier palabra.

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El lago se extendía frente a ellos como una promesa lejana. El humo de las fogatas aún flotaba en el aire, pero el fuego ya no importaba. Lo único que contaba ahora era regresar al campamento. Y los Bagres Asesinos no tenían remos.

Las dos canoas flotaban pesadamente, cargadas con cuerpos, mochilas y restos de ramas. El agua estaba fría, pero no tanto como el silencio incómodo que se había instalado entre ellos.

DJ fue el primero en lanzarse al agua. No dijo nada. Solo se quitó la camiseta, la dejó doblada sobre la proa, y se sumergió hasta la cintura. Luego miró a los demás.

"Yo empujo esta," dijo, señalando la canoa donde iban Courtney, Harold y él mismo.

Duncan se metió al agua por el otro lado, sin decir una palabra. Su expresión era la de alguien que ya había aceptado que el universo estaba en su contra y había decidido pelearle igual.

"Yo me encargo de la otra," murmuró, mirando la canoa donde estaban Bridgette y Geoff.

Bridgette sostenía el borde con firmeza, intentando mantener el equilibrio. Geoff se recostaba con una mano en la frente, como si estuviera en una novela dramática.

"Esto es como una metáfora de la vida," dijo Geoff. "A veces flotas, a veces te empujan."

"Y a veces te empujan porque no hay otra opción," murmuró Courtney desde la otra canoa.

Harold fingió no escuchar.

"¡Vamos, equipo!" gritó Courtney. "¡No podemos perder por esto!"

"¿Esto?" dijo Duncan, empujando con los hombros. "¿Te refieres a arrastrar una canoa con tres personas y una mochila llena de piedras?"

"¡Son provisiones!" gritó Harold, abrazando su mochila.

"¡Y mi cuaderno de observaciones!" añadió, como si eso lo justificara todo.

DJ empujaba con fuerza, los músculos tensos, el agua salpicando a cada brazada. Su respiración era constante, pero pesada. Cada metro ganado era una pequeña victoria.

"¿Cuánto falta?" preguntó Harold, mirando el horizonte.

"¿Tú qué crees?" dijo Courtney. "¿Ves el campamento?"

"No..."

"Entonces falta."

Bridgette miró hacia atrás. "Están avanzando. No rápido, pero avanzando."

"¿Y nosotros?" preguntó Geoff.

"Nos estamos moviendo," dijo DJ. "Eso es lo que importa."

Duncan bufó. "Nos estamos moviendo como tortugas con resaca."

"¡Pero tortugas decididas!" dijo Harold, levantando un puño.

"Harold, si no remas, al menos no hables," dijo Courtney.

"¡Estoy motivando!"

"Motiva con silencio."

El sol seguía bajando. El agua brillaba con reflejos dorados. Las canoas avanzaban, lentas pero constantes. Cada empujón de DJ y Duncan era una declaración de resistencia. Cada metro ganado, una prueba de que no todo estaba perdido.

Geoff se inclinó hacia Bridgette. "¿Crees que Chris nos esté viendo?"

"Probablemente," dijo ella. "Y probablemente se esté riendo."

"¿Y si hacemos una pose épica cuando lleguemos?"

"¿Como qué?"

"No sé. Algo con los brazos abiertos. Como si fuéramos héroes."

Bridgette sonrió. "Primero lleguemos."

El grupo cayó en un ritmo extraño pero funcional. DJ y Duncan empujaban. Courtney daba instrucciones. Bridgette equilibraba. Geoff filosofaba. Harold... seguía hablando.

"¿Saben qué sería útil? Un pez gigante que nos arrastrara con una cuerda. Como un delfín, pero más dramático."

"¿Sabes qué sería útil?" dijo Duncan. "Un silencio de cinco minutos."

"¿Sabes qué sería útil?" dijo DJ. "Un motor."

"¿Sabes qué sería útil?" dijo Courtney. "Remos."

Silencio.

Harold se hundió un poco más en su asiento.

El campamento ya se divisaba a lo lejos. Una línea de árboles. Una bandera. La silueta de Chris, de pie junto a una mesa, con los brazos cruzados y una sonrisa que prometía problemas.

"¡Último esfuerzo!" gritó Courtney.

"¡Vamos, Bagres!" gritó Harold.

"¡Por la gloria!" gritó Geoff, aunque nadie le había pedido un grito de guerra.

Y así, entre empujones, sarcasmos y pura terquedad, los Bagres Asesinos siguieron avanzando. No con estilo. No con velocidad. Pero con algo que, en esta isla, valía casi lo mismo: voluntad.

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En la orilla opuesta del lago, el sonido de ramas crujientes y tela rasgada marcaba el inicio de la última etapa para los Topos Gritones. La balsa improvisada —hecha de troncos, cinturones y camisas— estaba lista. Cody la inspeccionó por última vez, ajustando los nudos con precisión quirúrgica.

"Si esto flota, ganamos," dijo Cody.

"Si esto se hunde, al menos será dramático," dijo Noah.

"¡Si esto se rompe, yo nado con la canoa en la cabeza!" gritó Owen, ya metido en el agua.

Cody y Noah empujaron la estructura hacia el lago. El agua la recibió con un sonido suave, como si dudara de su existencia. Pero flotó. No con elegancia, pero con firmeza.

"¡Arriba!" gritó Cody.

Los tres subieron con rapidez. Owen al frente, Cody en el centro, Noah atrás. Cada uno tomó un remo improvisado —ramas largas con corteza desgastada— y se preparó.

"¡Los Bagres ya están en el agua!" dijo Cody. "¡Tenemos que alcanzarlos!"

"¡Vamos a hacer olas!" gritó Owen, remando con fuerza.

La balsa se movió. No como una canoa, sino como un animal torpe pero decidido. Cada palada era intensa. Cada movimiento, sincronizado por necesidad más que por estilo.

"¡Esto es como remar sobre una mesa de picnic!" gritó Noah.

"¡Esto es como remar sobre una promesa rota!" gritó Owen, sin contexto.

Cody marcaba el ritmo. "¡Uno, dos! ¡Uno, dos!"

El agua salpicaba. El sol bajaba. El viento empujaba en contra. Pero los Topos no se detenían.

Desde lejos, podían ver las siluetas de los Bagres Asesinos, avanzando lentamente. DJ y Duncan empujaban sus canoas a nado. Courtney gritaba instrucciones. Harold levantaba los brazos como si eso ayudara. Bridgette y Geoff se mantenían a flote, con expresiones de resignación.

"¡Los tenemos!" gritó Cody.

"¡Los vamos a pasar!" gritó Owen.

"¡Si no nos hundimos primero!" gritó Noah.

La balsa crujía, pero resistía. Los nudos aguantaban. Las ramas se mantenían firmes. El agua se agitaba. La carrera final había comenzado.

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La canoa de las chicas —con Gwen, Leshawna, Izzy, Heather, Lindsay, Beth y Trent— fue la primera en tocar la orilla del campamento. El casco raspó la grava húmeda con un sonido áspero, y antes de que se detuviera por completo, Gwen ya estaba saltando al agua para empujarla más arriba.

"¡Topos Gritones, primeros en llegar!" gritó Leshawna, alzando los brazos.

Chris, de pie junto a la bandera del campamento, aplaudió con una sonrisa burlona. "¡Bien hecho! Pero recuerden, el desafío no termina hasta que todo el equipo esté aquí."

Trent ayudó a Beth a bajar. Heather se sacudió el agua de los zapatos con una mueca. Izzy se lanzó al suelo como si hubiera terminado una maratón.

"¿Dónde están los demás?" preguntó Lindsay.

Gwen miró hacia el lago. "Ahí vienen."

A lo lejos, dos figuras se movían con fuerza en el agua: DJ y Duncan, empujando las canoas de los Bagres Asesinos con los brazos. Courtney gritaba desde dentro. Harold agitaba los brazos como si eso ayudara. Geoff y Bridgette se inclinaban hacia adelante, como si eso hiciera avanzar más rápido su embarcación.

Y detrás de ellos, sobre una balsa improvisada de troncos y tela, Cody, Owen y Noah remaban como si su vida dependiera de ello.

"¡Vamos, vamos, vamos!" gritaba Cody, marcando el ritmo.

"¡Estoy remando con mi alma!" gritó Owen, salpicando a todos.

"¡Mi espalda va a renunciar a mi cuerpo!" se quejaba Noah.

La distancia entre ambos equipos se acortaba. El agua se agitaba. Las canoas de los Bagres se tambaleaban, pero seguían adelante. La balsa de los Topos avanzaba con fuerza, pero no con velocidad.

Chris sacó un cronómetro de su bolsillo, solo para hacerlo más dramático.

"¡Esto está reñido!" gritó. "¡Es una carrera entre la desesperación y la carpintería amateur!"

A solo unos metros de la orilla, DJ empujó con un último esfuerzo. Duncan gruñó, empujando con los dos brazos. Las canoas tocaron tierra.

"¡Bagres Asesinos, segundo equipo completo en llegar!" anunció Chris. "¡Victoria para los Bagres!"

Courtney alzó los brazos, empapada. Bridgette abrazó a Geoff. DJ se dejó caer de espaldas en la arena. Duncan se sentó sin decir nada. Harold levantó los brazos como si hubiera ganado una medalla olímpica.

Cody, Owen y Noah llegaron segundos después. La balsa se deslizó hasta la orilla, chirriando. Cody bajó primero, jadeando. Owen cayó de rodillas. Noah simplemente se dejó caer de espaldas.

Chris los miró con una sonrisa de tiburón.

"Cerca," dijo. "Pero no lo suficiente."

Los Topos Gritones, que ya estaban en tierra, bajaron la mirada. Gwen cruzó los brazos. Leshawna negó con la cabeza. Heather giró los ojos. Trent suspiró.

La victoria se les había escapado por segundos.

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Confesionario: Harold

(Harold aparece con el cabello mojado y una rama pegada a la frente)

"¡Lo logramos! ¡Sin remos, sin motor, sin esperanza! Pero lo logramos. ¿Quién necesita herramientas cuando tienes determinación, trabajo en equipo y un poco de gritos motivacionales? ¡Bagres por siempre!"

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Confesionario: Trent

(Trent se ve cansado, con la voz baja)

"Llegamos primero... pero no juntos. Y eso lo cambia todo. A veces puedes estar en la meta, pero sentir que no terminaste nada."

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Confesionario: Owen

(Owen está cubierto de barro, con una hoja pegada a la mejilla)

"¡Remé como si hubiera un buffet al otro lado del lago! ¡Y casi ganamos! Pero no importa. Cody fue un genio con esa balsa. Y yo... bueno, yo fui el motor. Un motor con hambre."

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Confesionario: Heather

(Heather se ve seca, peinada y visiblemente molesta)

"¿De qué sirvió llegar primero si los inútiles de atrás no lo lograron? Esto es lo que pasa cuando dejas que un plan dependa de Cody, Noah y... Owen. ¿Una balsa? ¿En serio? ¿Qué sigue? ¿Un paracaídas hecho de pantalones?"

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La noche cayó sobre la isla con un aire de triunfo para los Bagres Asesinos. Después de una jornada de fuego, barro y brazos exhaustos, el equipo se reunía alrededor de la zona de campamento, celebrando su victoria con lo poco que les quedaba de energía.

Geoff hacía una especie de baile tribal con ramas.

Bridgette lo acompañaba con palmas suaves.

Courtney organizaba una ronda de agradecimientos que nadie seguía.

DJ comía algo que parecía una raíz, pero no se quejaba.

Duncan se recostaba con los brazos detrás de la cabeza, sonriendo sin admitirlo.

Harold hacía poses de victoria frente a la cámara, como si fuera el protagonista de una película de acción sin presupuesto.

"¡Bagres!" gritó Geoff. "¡Contra todo pronóstico!"

"¡Sin remos, sin miedo!" gritó Harold.

"¡Sin sentido común!" murmuró Duncan.

Chris apareció con su linterna y su sonrisa de tiburón.

"Muy bien, celebridades del pantano. Es hora de la ceremonia de eliminación."

Los Topos Gritones ya estaban reunidos junto a la fogata. Algunos sentados, otros de pie, todos con la mirada fija en Chris. El fuego crepitaba. La tensión flotaba.

Chris levantó una bandeja con malvaviscos. "Como saben, el equipo perdedor debe despedirse de uno de sus miembros. Y esta noche, los votos han hablado."

Uno a uno, Chris comenzó a repartir malvaviscos.

"Gwen."

"Leshawna."

"Heather."

"Lindsay."

"Beth."

"Noah."

"Owen."

"Cody."

Quedaban dos figuras sin malvavisco: Trent e Izzy.

Chris bajó la voz. "Y los últimos dos son..."

Trent tragó saliva. Izzy giraba sobre sí misma, como si esperara que el fuego le hablara.

Chris levantó el último malvavisco.

"Y la persona que deberá abandonar la isla es..."

Un estruendo cortó el aire.

¡WHUP-WHUP-WHUP!

Un helicóptero descendía sobre la zona de la fogata, iluminando con un reflector blanco que apuntó directamente a Izzy.

"¡Ah, no!" gritó Izzy. "¡Otra vez no!"

Desde el altavoz del helicóptero, una voz metálica gritó: "¡Isabella! ¡Estás rodeada! ¡Venimos por ti!"

Chris se quedó congelado, con el malvavisco en alto.

"¿Qué está pasando?" preguntó Gwen.

"¿Quiénes son esos?" dijo Lindsay.

"¿Por qué tienen mi nombre en mayúsculas?" gritó Izzy.

Trent se levantó. "¿Izzy?"

Pero Izzy ya estaba en movimiento.

"¡Nadie me atrapa!" gritó, corriendo hacia Cody.

Cody apenas tuvo tiempo de parpadear antes de que Izzy se lanzara sobre él, lo abrazara con fuerza y lo besara en la boca con una mezcla de pasión y pólvora.

"¡Te voy a buscar después!" dijo Izzy, con los ojos brillando.

Y sin esperar respuesta, salió corriendo hacia el bosque.

Los militares descendieron del helicóptero, persiguiéndola entre ramas y humo.

Chris bajó el malvavisco. "Bueno... eso resuelve la eliminación."

Trent se sentó, confundido.

Cody se quedó quieto, con los labios aún temblando.

Heather giró los ojos. "¿Esto cuenta como expulsión o como fuga?"

Chris sonrió. "Cuenta como espectaculo."

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La luz del helicóptero se desvanecía entre los árboles. Los militares corrían en dirección opuesta a la cámara. Izzy ya no estaba. Solo quedaba el eco de sus gritos, el beso que había dejado atrás y una nube de polvo que parecía burlarse del orden.

Cody seguía paralizado, con los ojos abiertos y los labios marcados de rojo.

Gwen, de pie junto a él, fruncía el ceño mientras le limpiaba la cara con la manga de su sudadera.

"Siempre pasa," refunfuñó. "Siempre hay una loca que se te lanza"

"Yo no lo pedí," dijo Cody, aún aturdido.

"Y yo no pedí tener que limpiar esto," dijo Gwen, borrando el último rastro de labial con firmeza.

Chris, aún con el malvavisco en la mano, se encogió de hombros. "Bueno, eso resuelve la eliminación. Izzy se va... por causas legales. ¡Topos, nos vemos mañana! ¡Bagres, disfruten su victoria! ¡Y si alguien ve a Izzy, no la toquen sin guantes!"

El fuego crepitó. La cámara se alejó. La noche cayó por completo.

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En la cabaña de los chicos, el ambiente era más tranquilo. Trent se sentó en su litera, mirando el suelo. Harold apareció con una toalla en la cabeza y una expresión más relajada que de costumbre.

"Lo intentaste," dijo Harold, sin sarcasmo. "Y eso vale."

Trent asintió. "Gracias."

Harold se sentó en la litera de abajo. "Pero con Cody aquí... no hay posibilidad."

Trent no respondió. Solo bajó la mirada.

"Y Gwen no es de las que cambian de idea por insistencia," añadió Harold. "Ella elige. Y cuando elige, no vuelve atrás."

Trent suspiró. "Lo sé."

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Junto al lago, sobre una manta improvisada, Cody y Gwen estaban sentados en silencio. El reflejo de la luna en el agua parecía más claro que nunca.

"Te veías bien en el reto," dijo Gwen, sin mirar directamente.

Cody sonrió. "Tú te ves bien todos los días."

Gwen giró la cabeza. "¿Incluso cuando estoy cubierta de barro?"

"Especialmente entonces."

Ella sonrió. Él se acercó. Y se besaron.

No fue dramático. No fue ruidoso. Fue simple. Como si el día, con todo su caos, hubiera estado esperando ese momento para calmarse.

A unos metros, entre los arbustos, Bridgette y Courtney observaban en silencio.

"¿Crees que le dure?" preguntó Courtney.

Bridgette se encogió de hombros. "Gwen no es de cuentos de hadas. Y Cody... bueno, Cody es Cody."

"Yo le doy tres días," dijo Courtney.

"Yo le doy dos," dijo Bridgette.

Ambas se rieron, sin malicia, pero con un dejo de celos.

Más al fondo, junto a una roca, Geoff estaba sentado con los brazos cruzados. DJ se acercó con una botella de agua.

"¿Todo bien?" preguntó DJ.

Geoff miró hacia Bridgette. "No me miró en todo el día."

DJ se sentó a su lado. "Tal vez mañana."

Geoff suspiró. "Tal vez."

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