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Chapter 5 - Capítulo 5 — Ruido global

4 horas después de la transmisión de Irene Salvatierra

El mundo no tuvo tiempo de respirar.

Ni de analizar.

Ni siquiera de negar.

La voz de Irene —tranquila, precisa, sin bandera— había aparecido en treinta y siete millones de pantallas antes de que los gobiernos pudieran bloquearla.

Su mensaje viajaba aún, reproducido por usuarios desconcertados, desconfiados o aterrados.

Y mientras la población debatía, los Estados actuaban.

REACCIONES INTERNACIONALES:

Estados Unidos — "Reunión, sí. Pero en nuestros términos."

En la Casa Blanca, el asesor de seguridad golpeó la mesa.

—No podemos permitir que veintiocho… no, veintinueve individuos determinen la política global.

—Veintinueve dioses, querrás decir —susurró la directora de inteligencia.

El superhumano estadounidense, Lauren Brooks, 27 años, había sido visto volando a través del desierto de Nevada dos días antes.

El Pentágono le exigió que rechazara la reunión.

Ella no respondió.

Y ese silencio preocupó más que cualquier amenaza.

China — "Control absoluto."

El Buró Político se reunió de emergencia.

Su superhumano, un hombre de 24 años llamado Li Wei, estaba bajo "protección voluntaria" … aunque la palabra real era custodia.

Cuando escucharon la propuesta de Irene, el ministro de seguridad interna afirmó:

—Si esto ocurre sin nuestra supervisión, perderemos décadas de poder estratégico.

China anunció públicamente que no participaría, pero en privado comenzó a rastrear la ubicación de Irene.

India — "Esto puede evitar una guerra."

El superhumano indio, Anaya Mehra, 22 años, ya había detenido por accidente un terremoto menor al reaccionar instintivamente a las vibraciones del suelo.

Ella fue la primera en enviar una respuesta directa: "Acepto la reunión."

Su gobierno no pudo impedirlo.

Rusia — "Si no los controlamos, nos controlarán."

El Kremlin declaró silencio oficial, pero los satélites rusos se movieron.

Su portador, Dimitri Antonov, 29 años, había destruido un dron sin tocarlo.

Rusia no confiaba en nadie, pero también temía quedarse fuera.

Aceptaron… con condiciones imposibles.

Brasil — "Un milagro o un desastre."

El brasileño —João Ferreira, 25 años— había sido grabado deteniendo un tren en movimiento.

Su gobierno se dividió:

—Héroe nacional.

—Riesgo absoluto.

Al final, Brasil se limitó a decir:

—Si otros van, nosotros también.

Francia, Alemania, Reino Unido, Italia — "Europa debe actuar unida."

Los europeos discutieron durante horas.

En Bruselas hubo gritos, portazos y amenazas políticas.

Pero al final, decidieron aceptar la reunión para evitar quedar atrás frente a China, Rusia o EE. UU.

Nigeria, Etiopía, Egipto, R.D. Congo, Sudáfrica — "África también tiene voz."

África fue la región más dividida.

Pero una cosa era clara:

Sus cinco superhumanos representaban el mayor poder conjunto del continente en toda su historia.

Los cinco aceptaron asistir.

América Latina — "Tal vez este sea nuestro momento."

Chile, Venezuela, Ecuador y Argentina no tenían portadores…

pero México, Brasil y Colombia sí.

Colombia, por supuesto, ya sabía de Juan Camilo.

El gobierno lo vigilaba desde aquella primera grabación en el Cauca.

El presidente dio un mensaje tenso:

—Nuestro representante actuará bajo supervisión.

Juan Camilo, desde su casa, se río en silencio.

Corea del Sur, Japón, Filipinas, Vietnam, Turquía, Pakistán, Bangladesh, Indonesia — "Equilibrio o muerte."

Asia oriental y del sur reaccionaron con miedo.

Demasiado cerca, demasiadas tensiones históricas.

Pero ninguno podía permitirse quedar fuera.

Aceptaron la reunión sin dudar.

Irán — "Silencio."

Ni comunicado.

Ni negación.

Ni amenaza.

Irán no dijo nada.

Su superhumano —identidad desconocida, ubicación desconocida— no había hecho una sola aparición pública.

Y ese silencio… fue lo que más preocupó al mundo.

PRIMERA RESPUESTA A IRENE

Irene estaba en el ático donde había grabado su mensaje cuando recibió la primera señal.

Un sonido suave, leve, como un pensamiento empujando a otro.

Era un mensaje directo.

No por radio.

No por celular.

No por internet.

Una voz que no era sonora, sino sentida.

Anaya Mehra — India:

"Te escuché. No estoy sola. Vamos a hacer esto."

Irene se sostuvo el pulso con una mano.

No sabía que los poderes podían conectarse así.

Minutos después, otra presencia.

Pesada, intensa, como una montaña moviéndose.

João Ferreira — Brasil:

"Hermana, si tú hablas, yo voy."

Luego otra.

Y otra.

Y otra.

Voces jóvenes.

Voces fuertes.

Voces temerosas.

Al final eran 27 respuestas afirmativas.

Solo faltaban dos:

Estados Unidos.

E Irán

Aviso importante Esta obra es una creación de ficción. Los personajes, sucesos y diálogos aquí descritos son producto de la imaginación del autor. Cualquier semejanza con personas reales, incluidas figuras públicas como presidentes, líderes políticos o instituciones, es utilizada únicamente con fines narrativos y no pretende reflejar hechos reales ni opiniones sobre dichas personas o entidades. No debe interpretarse como una representación fiel de la realidad, sino como parte de un universo ficticio.

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