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Chapter 4 - Capítulo 4

CAPÍTULO 4 

La mañana siguiente en Forks fue diferente. El clima era igual de estúpido que siempre, pero este día se sentía anormal, peligroso.

Un trabajador estaba corriendo desesperado; sabía que algo lo perseguía. Se sentía la tensión, corría por su vida.

Era un guardia de seguridad; saltaba y esquivaba obstáculos en su huida, pero lo que lo seguía no era humano, ni animal...

El guardia se dirigió hacia una escalera, cuando pierde el equilibrio y cae al suelo. Justo en ese momento, una mano lo levanta desde su camisa y lo lanza hacia el aire como si no pesara nada.

El guardia saca un grito gutural, y todo se llena de sangre cuando estas sombras lo atacan desde diferentes ángulos.

Él ya no podía hacer nada; desde el principio estaba condenado...

Cafetería

Un filete de un aspecto brutal y apetitoso estaba frente a Charlie. Él compartía mesa con Bella mientras ella lo observaba con una mirada extraña. Cora, la camarera, una señora de unos 30 años o más, fue hacia ellos.

—No puedo creer lo grande que te volviste, y lo guapa —le dijo a Bella, regalándole una sonrisa amable.

Un señor de aspecto mayor, tal vez unos 50 años, se acercó a ellos con una cara amistosa y le dijo a Bella:

—¿Me recuerdas, cariño? Fui Papá Noel una vez —le dijo acercándose a Bella y dándole una sonrisa.

—Waylon, ella desde los 4 años no pasa la Navidad aquí —le respondió Charlie.

—Apuesto a que seguro te causé una buena impresión —dijo Waylon, mirando a los dos.

—Siempre lo haces, créeme —le dijo Charlie con una sonrisa.

—Vamos, deja que la niña termine su comida —le dijo a Waylon, refiriéndose a Bella y arrastrándolo a otro lugar.

—Cuando termines te traeré tu pastel favorito. Sí, tu papá siempre lo pide todavía, todos los jueves —le guiñó un ojo a Bella y le dio una sonrisa a Charlie.

—Eso sería genial, me gustaría mucho —respondió Bella a Cora con una sonrisa.

Cora se fue, dejando a Charlie y Bella. Al mismo tiempo tomaron la sal, teniendo un momento incómodo sin saber cómo hablar después de tantos años.

—¿Entonces comes aquí todas las noches? —preguntó Bella, tratando de alegrar el ambiente.

—Es más fácil que lavar los platos —le respondió Charlie, tratando de sonar como un chiste.

—Yo sé cocinar —respondió Bella tímidamente—. Siempre cocinaba en Phoenix, mamá no es muy buena que digamos.

—Lo recuerdo... —dijo Charlie como un recuerdo fugaz.

Los dos se rieron de esta cena especialmente mala, pero estaban juntos.

—¿Cómo vas con la escuela? —Charlie trató de continuar la conversación—. ¿Conociste a alguien?

—Conocí a algunas personas... Tengo un amigo, Logan Black. Lo conoces, ¿cierto?

—Por supuesto, es un gran chico, muy educado. Hace años ustedes jugaban mucho juntos. Creo que él me comentó que se escribieron a veces, ¿es cierto? —Charlie preguntó, tratando de sacar más información sobre Logan—. Una lástima lo de sus padres, me enteré que hace poco tuvo problemas con su tío, con Billy, y se fue a alquilar un departamento.

—Deberías hablar un poco con él, es difícil cuando estás solo. No me molestaría que lo visites —Charlie tenía una mirada triste—. Su padre era un gran hombre, un muy buen amigo.

—No tenía idea que viviera solo. Seguro hablaré con él —respondió Bella con la mirada un poco triste—. ¿Conoces también a los Cullen?

Charlie miró hacia arriba y respondió:

—¿Todavía hablan de ellos? Hace poco se mudaron, por eso siempre son un tema recurrente. El Dr. Cullen es una gran persona, Forks tiene suerte de que alguien así trabaje en este hospital que se cae a pedazos. Gracias a Dios su esposa, la Sra. Cullen, quiso mudarse aquí —Charlie continuó diciendo—. Menos mal que sus hijos no son alborotadores como algunos de aquí.

—Siempre fueron reservados hasta donde los conocí. Creo que le hacen bien a Forks.

—Yo también creo que están bien —respondió Bella.

Y luego siguieron comiendo en silencio, pero ahora se sentía mucho menos incómodo.

Al día siguiente

Logan se entera en las noticias del ataque de un "animal" que mató a un guardia de seguridad. Esto era serio; ellos no se quedarían quietos. Pero él no podría hacer nada; no era miembro de la manada. Pero algo tenía seguro: no dejaría que estos vampiros atacaran a gente inocente.

Este día, el clima se sentía mucho más deprimente, y la lluvia cayó como si confirmara un hecho: todo está por cambiar.

Logan llega a la escuela; desde esta mañana no pudo concentrarse. El incidente con el guardia lo tenía con sus sentidos al máximo. Lo único que quería era salir de la escuela y perseguir a los responsables, pero muy dentro suyo todavía sabía que no era una buena opción, no todavía. Debería saber a qué se enfrentaban y a cuántos.

En la cafetería

Bella y Logan se encuentran en la entrada; cada uno se saluda con una sonrisa pequeña.

—Bella, ¿cómo estás hoy? —preguntó Logan con su mejor sonrisa.

Bella lo miró y sus ojos rodaron de una manera irónica.

—Quién pensaría... ¡sí sabes saludar a las personas! —le respondió Bella con un susurro.

—Vamos, es temprano para pelear —le contestó Logan.

Bella lo miró un momento y su mirada se suavizó un poco:

—Ayer cené con mi papá. Lo recuerdas, ¿cierto? —preguntó Bella con una mirada extraña—. Él te recuerda; me dijo que fueras a visitarnos cuando quisieras.

—¡Aaah! —suspiró Logan—. Ya te enteraste, ¿no? Bella, no te preocupes, estoy perfectamente bien —dijo Logan golpeándose el pecho—. Solo tuve un pequeño problema con mi familia, créeme, seguro lo resolveremos. No me va mal viviendo solo.

—Solo quiero que sepas que puedes hablar conmigo, si quieres —dijo Bella con una sonrisa y dándole un pequeño golpe en el hombro.

—Deja eso, no funcionará. No creas que no me acuerdo que me hacías comer tierra de niños —le respondió Logan con una sonrisa para aligerar el ambiente—. Ven, vamos con los demás.

Y juntos fueron con Jessica, Mike, Eric y Ángela.

Logan sintió al día más triste de lo acostumbrado

, pero ese momento, y saber que cuentas con gente, hizo que su peso no fuera tan difícil.

Continuará…

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