Cherreads

Chapter 5 - Capítulo 5

CAPÍTULO 5 –

La mañana lluviosa de Forks tenía una sensación inusual esta vez. Hoy se hablaba de algo que no debería pasar.

La casa de los Cullen estaba demasiado silenciosa, incluso para un grupo de vampiros. No era un silencio natural, cómodo, casi elegante, como el que solía envolverlos; era uno denso, cargado, como si cada uno esperara que otro se atreviera a hablar primero. Pero nadie lo hacía. Nadie quería poner en palabras lo que todos sabían que estaba ocurriendo.

Alice fue la primera en moverse. Solo un paso, un giro mínimo de la cabeza. El aire se tensó con ese gesto.

—Esto no es normal —susurró, sin sonar exactamente preocupada, pero sí desconcertada.

Rosalie soltó un resoplido frustrado, cruzándose de brazos mientras miraba hacia la gran ventana, como si esperara encontrar allí alguna explicación.

—Dejen de darle vueltas —murmuró con irritación contenida—. Es solo un humano. Solo eso. No deberíamos…

Su voz flaqueó, cosa que nunca hacía. Rosalie Hale no dudaba. Rosalie Hale nunca se quedaba sin palabras.

Emmett la miró de reojo, apoyado contra la pared, sin su habitual sonrisa despreocupada.

—No deberíamos sentir nada —completó él con un suspiro pesado—. Lo sé, Rose. Pero lo sentimos. Y eso es lo raro.

Edward permanecía inmóvil, pero su silencio era el más inquietante de todos. No se atrevía a levantarse. No se atrevía a acercarse a la puerta. No se atrevía, siquiera, a mirar a su familia. Sabía que todos podían notarlo, aunque nadie lo dijera abiertamente: Logan interfería con su mente.

No como Bella, cuyo silencio era un misterio natural.

Esto era distinto.

Logan era demasiado ruidoso por dentro, demasiado caótico… demasiado vivo.

Jasper, desde el rincón más alejado, frunció el ceño como si una presión invisible se intensificara a su alrededor.

—Lo siento incluso desde aquí —admitió en voz baja—. Confusión. Atracción. Irritación. Algo mezclado. No tiene sentido. Un humano no… no debería afectar así a tantos vampiros al mismo tiempo.

Esme se sentó lentamente, como si temiera quebrar el frágil equilibrio del ambiente.

—No es solo atracción —dijo suavemente—. Es como si él… nos empujara a reaccionar. A prestarle atención. Incluso cuando queremos evitarlo.

Carlisle observaba a todos con las manos entrelazadas y una calma que no era falsa, pero sí muy medida. Era el único que parecía relativamente tranquilo, aunque sus ojos dorados revelaban un brillo distinto, una curiosidad que rozaba la preocupación.

—En más de trescientos años —comenzó Carlisle con voz firme— nunca vi algo así. Un humano que cause tensión, atracción e inquietud en tantos vampiros a la vez… eso no sucede. No es natural.

----

Instituto Forks

La lluvia golpeaba Forks mientras los estudiantes corrían para refugiarse. Logan caminaba bajo un paraguas de mano y observó cómo Eric acompañaba a Bella hacia la entrada, intentando hablar con ella.

—El comité del baile de graduación es cosa de chicas, pero tengo que cubrirlo para el periódico escolar. Por eso quería preguntarte… ¿podrías prestarme tu lista de reproducción?

Bella estaba por responder cuando Mike apareció detrás de ella.

—¡Arizona! ¿No te gusta la lluvia? —dijo sacudiendo su gorra sobre la cabeza de Bella.

Logan solo observó divertido. Todavía parecía el juguete nuevo del grupo.

—Qué divertido —susurró Bella con ironía.

Al entrar a clases con Logan, se sorprendió al ver a Edward. Justo cuando estaba por dejar sus libros en la mesa, se congeló al verlo… y más aún cuando él le sonrió.

Bella miró por un instante a Logan, y luego se alejó para tomar su asiento. Al pasar cerca de Edward, ambos se miraron unos segundos.

—Bien, creo que me dejaron por otro sujeto. Eso no está bien —susurró Logan para sí mismo, con una sonrisa ligera.

Pero notó algo: los ojos de Edward habían vuelto a su color dorado. Un problema menos. Incluso había llegado a pensar que Edward tuvo algo que ver con la muerte del guardia, por el negro profundo de sus ojos la primera vez que lo vio. Ese color solo significaba peligro.

Durante la clase, apenas prestó atención. Su mente seguía irritada desde la mañana. Aún no podía rastrear a esos vampiros desconocidos; el olor indicaba que eran más de uno, pero sabían ocultarse demasiado bien. Esa habilidad era lo que más le molestaba.

Al terminar, salió rápido. Afuera encontró a Bella en el estacionamiento, camino a su camioneta, donde ella llevaba una cebolla dorada.

—¿En serio ganaste eso? —preguntó Logan, burlón—. Estás muy orgullosa de ganar una cebolla, ¿no?

—Al menos alguien estuvo prestando atención a la clase —respondió Bella, presumiendo su premio.

—Para ganar eso, prefiero no ganar nada —se rió Logan—. ¿Me llevás a casa hoy?

—Con lo mal que me trataste últimamente, debería llevarte atrás en la caja de la camioneta —bromeó Bella.

Al otro lado del estacionamiento, Edward estaba junto a sus hermanos junto al Volvo. Observaban discretamente a Logan y Bella. Su conversación de esa mañana seguía presente: Logan no era normal, y la sensación que provocaba en ellos los mantenía alerta.

Cuando Edward subió al auto, escuchó un chirrido seco. Logan también volteó: una camioneta derrapaba sobre el hielo, viniendo directo hacia ellos.

El tiempo pareció detenerse para Logan. Sus sentidos se dispararon, y solo pudo reaccionar por instinto: cubrió a Bella y detuvo la camioneta con una mano.

Su cuerpo se lleno de adrenalina, el tiempo se congelo para el, sus manos se endurecieron y al momento de detener la camioneta soltó un grito primitivo.

Los estudiantes quedaron en shock al ver lo sucedido.

Edward, que había estado a punto de intervenir, se obligó a detenerse.

No podía usar sus poderes allí, frente a tanta gente.

Y la presencia de Logan, tan abrumadora, lo desestabilizaba.

Él y sus hermanos intercambiaron una sola mirada silenciosa… y se retiraron del lugar de inmediato, antes de que su autocontrol fallara.

Por increíble que pareciera, Logan había detenido la camioneta. Bella estaba a salvo.

Pero su mano estaba destrozada y cubierta de heridas profundas.

Bella gritó al ver la sangre, sujetándolo con fuerza mientras los estudiantes se amontonaban alrededor, llamando a una ambulancia.

—¿Están bien? —gritó Mike, antes de palidecer casi hasta desmayarse al ver el brazo de Logan.

Bella logró abrirse paso entre la gente y l

o cargó en la camioneta, subiéndolo como pudo.

Lo llevaría ella misma a buscar ayuda.

Continuará…

More Chapters